Pelearse no arregla nada, lo sabemos de sobra pero aún así volvemos a caer en las discusiones acaloradas una y otra vez. Estas peleas muchas veces no pretenden esclarecer algo, sino reivindicarse o defenderse a uno mismo. Hay que tener gran autodominio para poder discutir sin pelearse. A continuación te presentamos una serie de sugerencias inspiradas en las ideas de Lawrence G. Lovasik:
- No digas nada que pueda enfadar al otro
Las peleas siempre tienen que ver con el carácter y sus argumentos suelen estar inspirados por la ira y el orgullo antes que por la razón. - Respeta la opinión del otro
Es un error intentar imponer tu opinión: denota más inteligencia hacer sugerencias y dejar que el otro extraiga sus propias conclusiones. - Ten la habilidad de percibir cuándo alguien se ha sentido herido
Si estáis discutiendo sosegadamente y notas que el otro se ha tomado algo a pecho al pasar del terreno de la inteligencia al de los sentimientos, es el momento de dejar de discutir. - Sé comprensivo con las ideas y los deseos de los demás
Si te encuentras con alguien enfadado, con prejuicios y poco dispuesto a razonar, no se merece que lo desprecies por ser como es. Compadécelo. - Si estás equivocado, reconócelo enseguida y con rotundidad
En lugar de intentar defenderte, admite que la otra parte tiene razón: de ese modo, es probable que adopte una actitud generosa y magnánima. - Si tienes razón, intenta convencer al otro con tacto y amabilidad
La gente puede ver reflejada la firmeza o la debilidad de tu carácter, y también tu caridad, en tu manera de debatir con los demás un tema controvertido.
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